“Venezuela fue el primer país que lo recibió con los brazos abiertos”, dice el periodista Aquilino José Mata, quien recuerda que fue en 1971 vino por primera vez.
La primera vez que se subió a un avión, fue con destino a Venezuela. La primera vez que cantó públicamente en un canal de televisión, fue en Caracas. “Y la primera vez que me subí a un barco, también fue para ir a Venezuela”
“En aquel entonces, Juan Gabriel era conocido en México, pero no se había convertido aún en el gran ídolo que es hoy. Y aquí consiguió un contrato, comenzó a presentarse en vivo, a visitar programas de televisión y hasta a grabar discos. Por esa razón quería tanto a Venezuela. Y por esa razón solía venir varias veces al año. La primera canción que pegó aquí fue "Me he quedado solo" una balada rápida que, recuerdo, sonaba a cada instante en la radio”, agrega el veterano columnista y entrevistador venezolano acerca de “Juanga”, como fuera bautizado a manera de chanza en muchos países de América Latina.
“En aquel entonces, Juan Gabriel era conocido en México, pero no se había convertido aún en el gran ídolo que es hoy. Y aquí consiguió un contrato, comenzó a presentarse en vivo, a visitar programas de televisión y hasta a grabar discos. Por esa razón quería tanto a Venezuela. Y por esa razón solía venir varias veces al año. La primera canción que pegó aquí fue "Me he quedado solo" una balada rápida que, recuerdo, sonaba a cada instante en la radio”, agrega el veterano columnista y entrevistador venezolano acerca de “Juanga”, como fuera bautizado a manera de chanza en muchos países de América Latina.
Y la cantante venezolana Mirla Castellanos está segurísima de que fue precisamente por esa época que ella lo conoció y quedó prendada de su talento.
“Yo animaba una comedia musical televisiva que se llamaba Él y ella en Radio Caracas Televisión. Yo actuaba y cantaba ahí, y de vez en cuando recibíamos a artistas extranjeros. Y Juan Gabriel fue uno de ellos. Él siempre estuvo sumamente agradecido de que le abriéramos las puertas del programa. Cada vez que venía a Venezuela me lo comentaba, así que mucho tiempo después mi esposo, que en ese entonces era Miguelángel Landa, lo invitamos a casa y le preparamos una cena deliciosa”, recuerda “La primerísima”, quien llegó a compartir el plató una y otra vez con el cantante Mexicano.
Tanto Mirla Castellanos como Aquilino José Mata coinciden en que se trataba de un hombre tímido. “Esa fue la impresión que siempre me dio. La de un hombre amable, cordial, generoso, pero sobre todo muy tímido. Claro, luego se crecía sobre los escenarios.
En la década de los ochenta, por ejemplo, Juan Gabriel solía presentarse en el Gran Salón del Hotel Caracas Hilton. Yo fui a uno larguísimo, que duró más de dos hora y media, y en el que causaba furor cada vez que movía los hombros de manera tan peculiar. ¡Tenía una energía impresionante”, dice Mata.
“Yo animaba una comedia musical televisiva que se llamaba Él y ella en Radio Caracas Televisión. Yo actuaba y cantaba ahí, y de vez en cuando recibíamos a artistas extranjeros. Y Juan Gabriel fue uno de ellos. Él siempre estuvo sumamente agradecido de que le abriéramos las puertas del programa. Cada vez que venía a Venezuela me lo comentaba, así que mucho tiempo después mi esposo, que en ese entonces era Miguelángel Landa, lo invitamos a casa y le preparamos una cena deliciosa”, recuerda “La primerísima”, quien llegó a compartir el plató una y otra vez con el cantante Mexicano.
Tanto Mirla Castellanos como Aquilino José Mata coinciden en que se trataba de un hombre tímido. “Esa fue la impresión que siempre me dio. La de un hombre amable, cordial, generoso, pero sobre todo muy tímido. Claro, luego se crecía sobre los escenarios.
En la década de los ochenta, por ejemplo, Juan Gabriel solía presentarse en el Gran Salón del Hotel Caracas Hilton. Yo fui a uno larguísimo, que duró más de dos hora y media, y en el que causaba furor cada vez que movía los hombros de manera tan peculiar. ¡Tenía una energía impresionante”, dice Mata.
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